Que todo pase

 Me hice una casita en la tormenta.

Estoy buscando mudarme pero le llamo hogar,

y uno nunca quiere irse de los hogares que nos dan calma

porque encontré calma en esa tormenta,

encontré pedacitos de ti y de mi.

Y ahora nos reconstruyo bajo la lluvia,

bajo la esperanza de ser mejores

porque nos queda poco de esta estación

pero mucho de la vida.

Así que seamos otoño o invierno,

y dejémonos ir con las hojas.

Busquemos refugio en esa cicatriz

y dejemos doler el silencio.

Que todo pase,

pero seamos.

Hablemos de mi

Hoy hablo de mi y para mi,

porque de los demás tuve suficiente.

Y si vamos a hablar de amor

que sea del propio.

Fracasé tantas veces como se pudo

y de poder, no tengo nada.

Me sumergí en el pasado y me ahogue,

quise vivir en mi mar y naufragué.

Ahora vivo pisando mi sombra,

lloviendo en Enero,

desvirtuando mi ser y mis ganas.

Quiero darmelo todo 

pero tengo poco.

Poco por haber quebrado tantas veces,

por dejar atrás mis pedacitos,

por querer aferrarme a lo efímero.

Tantas ganas de escribir,

tan pocas de ser...

Que tus letras vuelen alto, querido Tío

Que manera de irte,
no sé si de huir.
Lo cierto es que
nos quebraste en cientos de pedazos.

Y sí que la muerte es dura,
para los que quedan.
Para los que se van es paz,
es certeza y tregua con la vida.

Ahora estas en los brazos
de quien no pudo amarte más
porque la vida le quedó corta.
En brazos de tus hermanos, de tu madre
de aquellos que dieron
un si al descanse en paz.















Sé que mis letras no son nada
en comparación a tu legado,
pero espero puedan
hacerte volar tan alto
como el escritor que fuiste y serás.

Ahora tus letras están inmortalizadas,
perduraran en nosotros.
Ahora vivirás para siempre.